9/4/16
Problemas nocturnos debido a la obesidad
Problemas nocturnos debido a la obesidad
Las personas con obesidad y sobrepeso también están expuestos a desarrollar el llamado Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño
Además de ser proclives a padecer diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia (niveles altos de colesterol en sangre) o artrosis degenerativa (desgaste del cartílago y deformación de la superficie del hueso de una articulación), entre otras afecciones, las personas con obesidad y sobrepeso también están expuestos a desarrollar el llamado Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS), que les evita disfrutar de un sueño reparador.
De acuerdo con cifras de la Federación Mexicana de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello A. C. (Fesormex), 98 por ciento de las personas con obesidad mórbida (personas cuyo índice de masa corporal es mayor a 40) presentan el síndrome de apnea obstructiva del sueño.
Según el doctor Jorge Parra Mariscal, miembro de dicho organismo, la apnea es el periodo de respiración interrumpida, de 10 a 30 segundos durante el sueño, que pueden llevar al paciente a situaciones extremas como infartos o accidentes vasculares.
Durante estos episodios, que pueden ocurrir hasta 400 veces durante la noche, la persona deja de oxigenarse correctamente, por lo que entran en acción mecanismos compensatorios de alerta como la hipertensión y la taquicardia. Lo cual, aclaró el especialista, están relacionados con el desarrollo de problemas de tipo vascular, neuronal o cardiaco.
Tras un bloqueo momentáneo del paso del aire, las respiraciones normales se reinician con un resoplido o un jadeo; razón por la cual aquellas personas con ese síndrome suelen roncar fuertemente. Sin embargo, el ronquido no siempre es indicio de apnea obstructiva.
Otros síntomas de esa enfermedad son: movimiento de las piernas durante el sueño, somnolencia diurna, dolor de cabeza, dificultad para levantarse en las mañanas, falta de concentración y memoria, baja de rendimiento en el trabajo, pérdida o disminución del interés sexual, garganta seca al despertar e hipertensión arterial; así como diaforesis o sudoraciones mientras duerme.
De acuerdo con Parra Mariscal, puede haber apneas centrales y periféricas. Las primeras son aquellas en las que el paciente presenta alguna afección neuronal y el cerebro suspende temporalmente el envío de señales a los músculos que controlan la respiración.
En tanto, el síndrome periférico se presenta cuando uno o más agentes externos obstruyen las vías aéreas. Cabe mencionar que se trata de un evento multifactorial; sin embargo, existen algunas causas comunes tales como: la desviación del tabique nasal, la presencia de amígdalas hipertróficas o aumentadas de tamaño, sufrir alguna alergia, ser fumador y tener sobrepeso.
A este respecto, aseguró que en el momento del sueño el cuerpo se encuentra totalmente relajado. Por lo que, “la flacidez de los tejidos producen una obstrucción natural; además de que la capacidad pulmonar se ve limitada por la obesidad o sobrepeso”.
Además, el exceso de grasa corporal cubre el tejido que rodea la garganta, lo que facilita la aparición o agravamiento del síndrome de apnea, al estrechar el paso de aire por esta zona.
Asimismo, el experto de la Fesormex señaló que las personas con exceso de peso también es proclive a padecer hernias hiatales (parte del estómago se introduce en el tórax por un agujero o hiato en el diafragma) y reflujo, que a su vez ocasiona faringitis. “Una cosa lleva a la otra y hay que ir armando el rompecabezas poco a poco”, refirió.
El diagnóstico del síndrome de apnea se hace a partir de una revisión que, de ser requerida incluye una endoscopia de fosas nasales, cavidad oral, laringe, faringe y cuello; con lo que el otorrinolaringólogo verifica la presencia de alguna obstrucción.
Asimismo, es necesario realizar una polisomnografía. Este estudio mide los ciclos y etapas del sueño a partir de las ondas cerebrales (EEG), la actividad eléctrica de los músculos, los movimientos oculares, la frecuencia respiratoria, la presión arterial, la saturación del oxígeno en la sangre y el ritmo cardíaco. Los resultados, señaló el especialista, reflejan los niveles de oxigenación, si el paciente está haciendo apenas, con qué frecuencia y de qué duración; además del tipo de obstrucción: central o periférica.
Parra Mariscal explicó que en la mayoría de los casos el síndrome de apnea es controlable. El tratamiento va en función de la historia clínica de cada paciente; sin embargo, es posible erradicar factores externos que se relacionan, entre los que figura el tabaquismo, la ingesta de alcohol antes de dormir, evitar consumir alimentos y acostarse inmediatamente.
En caso de tener alguna obstrucción en las vías respiratorias, dijo, ésta puede ser retirada quirúrgicamente; con ello se reducen las posibilidades de que la apnea continúe presentándose.
El miembro de la Fesormex destacó que aquellas personas que sufren de obesidad deben someterse a un tratamiento multidisciplinario para bajar de peso, controlar el síndrome de apnea y prevenir la aparición de otras enfermedades.
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Obesidad
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